01 octubre 2006

El arte como instrumento de conciliación

Eva Choung-Fux. Survivors on Life - Antigua Sinagoga de Györ (Hungría)

Reconocida en tres continentes, Eva Choung-Fux (Viena, 1935) escogió un rinconcito de Campos para residir en esta etapa de su vida. En Mallorca ha trabado amistad y colaborado con personajes como Blai Bonet y Horacio Sapere y se ha implicado en la vida cultural de la isla. Y buena parte de la que puede considerarse su obra magna, Survivors on Life, se la ha trabajado aquí.

Eva logró el apoyo del Museo del Martirio de Majdanek (Polonia), el Ministerio de Educación y Arte de Austria y el Centro Simon Wiesenthal de Los Ángeles para emprender su proyecto. Durante seis meses de 1994 recorre cincuenta mil quilómetros en coche, entrevistando a numerosos testigos hasta completar un retablo de la memoria europea. Survivors on Life se inaugura en Holanda en 1995 y en los años sucesivos viaja por el este de Europa y China. La muestra consta de quinientos retratos en blanco y negro de supervivientes del Holocausto y de personas respectivamente cincuenta años más jóvenes (la edad que aquéllos tenían cuando sufrieron persecución por parte del nazismo). Un texto amplio recoge los testimonios de los supervivientes y cada fotografía va acompañada de un breve mensaje positivo que la autora les solicitó y que sitúa la imagen en un contexto comunicativo. En este diálogo, proyectado simultáneamente hacia el pasado y hacia el futuro, participan la artista, los retratados y los espectadores.

Eva sigue trabajando en la fase audiovisual del proyecto: un DVD multilingüe cuya versión en inglés y chino ha sido premiada en 2005 por el Museo Nacional de Arte de Pequín. A principios de 2006, Es Baluard ofreció por primera vez en España la proyección de Survivors on Life en su edición en catalán y castellano. Hoy se proyecta en la ciudad húngara de Györ.

Supervivientes de los guetos judíos, de aldeas arrasadas en Eslovaquia, de la victoria de Franco, de la minoría eslovena en Carintia, de las resistencias holandesa y austriaca, de Auschwitz, Majdanek y Mauthausen, del estalinismo: todos están en Survivors on Life. La artista parece querer indicarnos que la raza y la religión sólo son pretextos: el odio nos amenaza a todos. Pero el efecto dominó de la violencia queda neutralizado gracias al contrapunto de las exhortaciones positivas, un llamamiento a la transmisión del amor y el servicio, a la conciencia alerta, a la asunción de responsabilidades morales. Desde siempre fue objetivo de la autora manifestar que la memoria del horror debe ser preservada como base de un futuro de valores humanos –no para la venganza: para la responsabilidad.

No es fácil sobreponerse a una guerra, a la hipocresía oficial, a los celos profesionales, al cansancio físico, incluso a algún incendio inexplicado y, así y todo, producir una obra generosa, densa, libre de prejuicios, consciente del horror y atenta a la reconciliación. El buen humor de Eva ha sobrevivido a todo. También colecciona objetos que rescata del mar en la costa de Migjorn: viejos aperos redimidos ya de su función práctica para convertirse tal vez, también, en signos de la conciencia. DP.

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