12 septiembre 2016

Joan Costa

Es difícil encontrar un creador que reúna en su obra de forma tan acabada la combinación perfecta de apego al barro y discreta espiritualidad. Es el caso de Joan Costa, cuya obra hemos vuelto a admirar en Palma con motivo de uno de los project rooms más recientes de Aba Art Lab. Costa domina el misterio de la materia: del mármol al hierro fundido, pasando por la pasta de celulosa, la resina o el alabastro, del acrílico a la tinta y a los pigmentos térreos, conoce y emplea los materiales con respeto de artesano y acierto de artista. Pero, al mismo tiempo, o precisamente debido a ello, cada pieza que sale de sus manos alienta con la aspiración de trascender la mera belleza de la materia dominada y elevar el pensamiento. El magnífico monumento al maestro Eak Tai Ahn (The Shadows of Sound), que los palmesanos contemplan cada día en el Borne, es solo una muestra. Además del interesante Thinking Water, correspondiente al mencionado proyecto de las hermanas Bordoy, para un vistazo general y muy documentado de esta poesía matérica de Costa –aparte constituir una estimable antología literaria– es imprescindible el catálogo que publicó en 2008 el Govern con motivo de su exposición itinerante Ondulacions de la Mediterrània. El Mundo-El Día de Baleares.

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